Un historia de siempre, que quizás
ya todos conocemos, un historia que refleja miles y millones de historias que
se dan en un país pujante como este, un historia sin padre-ausente, una madre-presente, una mujer solida y dos
hijos totalmente diferentes, una madre que refleja la digna idiosincrasia peruana,
esa madre que solemos identificar con la nuestra, gritona, ansiosa,
desesperante, recta pero a la vez todo lo contrario cariñosa, preocupada,
fuerte, una madre peruana-carajo, esas mujeres que día a día logran que el Perú
crezca por merito propio y no por unos cuantos burgueses que nos suelen
gobernar. Y es que “Asu mare” no es solo la historia del tan conocido y famoso Machín
Alberto que tiempo a tras nos robo millones de sonrisas caracterizando, quizás,
a su mayor personaje, a ese personaje que lo llevaría al éxito; éxito que
recibe con la humildad de siempre, esa humildad de barrio, Mirones por cierto.
“Asu mare” es una típica palabra
que refleja gratitud y a la vez sorpresa que se suele escuchar en la boca de
todos esos peruanos que tenemos barrio y ahora en la clase más alta. Esta
palabra, pronunciada o no, también es el nombre del show que Cachin, es decir
Carlos Alcántara, que dedica a su madre
y a todas las madres peruchas; empezó hace cuatro años y ahora su película, con
el mismo nombre, es una de, perdón, es la película peruana más vista en el cine.
Estrenada recientemente, Asu
mare, cuenta la historia de Cachin que recorre su vida por los interminables caminos que debe sufrir
para alcanzar la fama, mientras esta se llena de situaciones inverosímiles y
reales. Esta comedia hilarante captura diversas escenas de su niñez en la
Unidad Vecinal de Mirones y cómo se abre paso en un escenario que representa la
lucha del peruano común por salir adelante apelando a su tradicional criollismo
y picardía.
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