29.3.13

El chiste y el psicoanlisis



Hemos visto hasta ahora qué es el sueño para el psicoanálisis y como se relacionaba los mecanismos de construcción del sueño con los mecanismos de construcción del chiste. Pero ¿qué es el chiste? Según el Diccionario de la Real Academia el chiste es: “Un dicho o historieta muy breve que contiene un juego verbal o conceptual capaz de mover a risa”.

Freud, a su vez, en la obra que estamos comentando cita la siguiente definición de Lipps: “Llamaremos chiste, en general a toda provocación consciente y hábil de la comicidad, sea ésta la intuición o de la situación”. Asimismo cita el psiquiatra austriaco a Fischer cuando dice que el chiste es “un juicio que juega”, se trata por lo tanto de un juego de palabras. Estas definiciones del chiste vuelven a establecer un paralelismo entre el chiste y el sueño ya que el elemento lúdico es otro rasgo principal de la construcción onírica así como lo es del chiste.

Otro rasgo que para Freud es importante y paralelo a ambos fenómenos es el carácter espontáneo del chiste y del sueño. En el estado onírico la conciencia no tiene apenas capacidad de decisión, el sueño surge espontáneamente en nuestra imaginación sin que podamos generalmente moldearlo o cambiar su desarrollo (de hecho cuando esto ocurre despertamos). En el chiste ocurre algo parecido: la broma no surge si no es de un modo espontáneo, no meditado. Una broma no se realiza con premeditación y quien no sabe contar un chiste de un modo espontáneo no sabe contar un chiste. Por otro lado debe ser igualmente espontánea la sorpresa del oyente, esto explica por qué los chistes sólo hacen reír la primera vez que se escuchan.

Tras estos paralelismos y conociendo la función anímica que cumple el sueño podemos definir la función que tiene el chiste en nuestra vida anímica.

Tanto el sueño como el chiste son funciones anímicas encaminadas a la obtención de placer; de un modo u otro a través de mecanismos similares (desplazamiento y condensación) ambos intentan reelaborar elementos inconscientes para que nos generen estados de conciencia placenteros; esta es la razón que los elementos del chiste y del sueño sean por lo general tan similares (sexo, violencia, situaciones imposible o chocantes etc.) Sin embargo, aquí acaban las similitudes: el sueño tiene un carácter solitario frente al carácter social del chiste. El sueño es un placer solipcista, del individuo, sólo compartimos sueños con personas muy cercanas y ni siquiera con ellas compartimos los sueños más profundos o de carga consciente más desasosegadora. El chiste, no obstante, es un placer social que necesita de la comunicación para que nos produzca placer; aunque nos podamos reír de un chiste sólo en nuestra imaginación siempre necesitamos tener presente la figura de un interlocutor.

Otra diferencia es que la función del sueño es, como dijimos, ahorrar displacer y frustración a la conciencia, mientras que el chiste pretende una consecución de placer positiva. El chiste provoca activamente el placer que provoca mientras que el sueño adopta una actitud pasiva que sólo puede actualizarse por el descanso del súper-yo durante el reposo nocturno.

 De lo anterior surge otro rasgo distintivo del sueño y el chiste: mientras que el sueño supone una alucinación el chiste es un juego que nunca deja de ser tal, dado el carácter activo de su manifestación. En palabras menos técnicas: el sueño nos lo creemos más durante su manifestación que al chiste que al fin y al cabo es en su manifestación (aunque no en su elaboración) una actividad consciente.


  • Encuentra mas Aqui

No hay comentarios:

Publicar un comentario