No es nuestro estilo escribir
sobre política, es mas esta entrada en nuestro blog es un copia y pega del Facebook
de Alfonso Baella Herrera, que escribe “OPORTUNIDAD PERDIDA” columna que fue publicada en el Diario
Expreso el 24.12.14. Pero, estamos
en contra de la famosa Ley Pulpin y nos tomamos el tiempo de buscar info que sea
útil para nuestros lectores. Aquí una muestra:
“OPORTUNIDAD PERDIDA”
El compositor y músico de jazz
estadounidense Duke Ellington fue el que dijo “los problemas son oportunidades
para demostrar lo que se sabe”. Si meditamos coincidiremos en que son también
oportunidades para dejar en claro lo que no se sabe. Es muy cierto que los
problemas siempre enseñan si uno es capaz de aceptar con humildad los errores.
Por eso, de todo lo visto en el escenario político en las últimas dos semanas,
podemos afirmar categóricamente que este gobierno no sabe y no entiende el
valor de la comunicación y que los problemas que ha vivido y vive evidencian,
además, su incapacidad para aprender de los mismos.
La ley del Régimen Laboral
Juvenil está muerta o en camino de morir. La razón no son las aspiraciones
electorales –por lo demás legítimas– de Fujimori, Kuczynski o García, sino la
incompetencia del gobierno para flexibilizar su postura, recoger rápidamente
las críticas constructivas y avanzar en el camino de la responsabilidad y del
buen gobierno. Humala se dirige a estrellarse con la muralla de la protesta
juvenil que crece en todo el país. Para él se trata de leer la norma y no de
modificar la percepción que las mayorías tienen de la misma.
Y el ministro Segura evidencia
que su bien ganada capacidad tecnocrática contrasta con su pronunciada
incapacidad política al no entender que, a pesar de todas las buenas
intenciones en su propuesta para que los jóvenes se integren al mundo laboral
formal, el escenario político ha sido boicoteado por el propio gobierno.
Inclusive antes que se dictara la norma ya los ánimos estaban más que caldeados
con la censura e interpelación a Figallo y el blindaje sobre Belaunde Lossio.
Luego han sido Cateriano, Humala y Heredia, en primer término, los que desde el
principio y junto con la dación de la ley llenaron de epítetos a quienes se
opusieron a la norma. Urresti ha puesto la cereza cada vez que ha podido
enervando a todos.
Y así como, de pronto, surgió una
incontinencia tuiteril por parte de la primera dama que se lanzó a defender la
norma con pasión, es interesante advertir cómo no existe un solo tuit, post, ni
mensaje de ella, ni de nadie del gobierno, antes de la ley, sobre este asunto.
Lo que demuestra no sólo que a nadie del Gobierno le importaban ni los jóvenes
ni su futuro sino que, como parece ser, han usado y usan el régimen laboral
juvenil como una cortina de humo.
El recule gubernamental ha
comenzado y era de esperarse. Lo que nace chueco termina por desmoronarse.
Carmen Omonte ha dicho que si no hay consenso se retirará la ley. Piero Ghezzi
que se probará por un año. Y Marisol Espinoza, que la ley es perfectible. En el
fondo nadie discute la importancia del tema ni la pertinencia de legislar
cuidadosamente en materia laboral, pero nadie duda tampoco que precisamente por
ser este un tema tan importante era fundamental crear las condiciones para el
diálogo político respetuoso y cordial de todos los involucrados. Es lamentable
que el Gobierno sea incapaz de promover un debate alturado que nos ayude a
todos los peruanos a avanzar en la construcción de un mejor país y que todo
este tema deje la sensación, otra vez, de una oportunidad perdida.
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